Kicillof busca vender los petroleros panamax encargados por Venezuela que continúan sin terminarse

El Ejecutivo provincial, liderado por Axel Kicillof, impulsa la búsqueda de compradores internacionales para los dos petroleros panamax encargados por Venezuela a Astilleros Río Santiago, que permanecen inconclusos en las gradas del astillero de Ensenada. La iniciativa prevé una rescisión amigable con Petróleos de Venezuela (Pdvsa), titular original de los buques Eva Perón y Juana Azurduy, con el objetivo de transferir la propiedad y la bandera de los mismos.

“Se está trabajando con Pdvsa para encontrar una empresa interesada en adquirir esas embarcaciones, lo que implicaría cambiar su bandera y dejar atrás el vínculo con Venezuela”, declaró a LPO Francisco Banegas, secretario general de ATE Ensenada.

El dirigente sindical precisó que la provincia podría ingresar cerca de 34 millones de dólares producto de una deuda pendiente de Pdvsa: 5 millones por el Eva Perón y 25 millones por el Juana Azurduy, monto al que se suman los costos actuales en mantenimiento y reparaciones. Banegas advirtió que, si no prospera la venta, se buscará una rescisión contractual antes de fin de año debido a los costos operativos y el espacio que ocupan las embarcaciones.

Desde el Astillero se apuntó directamente a la desregulación impulsada por los decretos 273/2025 y 340/2025 del gobierno libertario de Javier Milei, que facilitarían la importación de buques usados y la contratación de mano de obra extranjera, factores que impactarían negativamente en la continuidad de la construcción local.

Los dos petroleros comenzaron a construirse en 2007. El Eva Perón, el más avanzado, fue botado en 2012 en un acto oficial durante la gestión de Daniel Scioli. A pesar de que la fecha de entrega pactada fue 2009, la embarcación nunca navegó y permanece anclada en un canal interno del astillero. El Juana Azurduy presenta un avance del 55%, pero su desarrollo se detuvo para priorizar el primero.

Banegas destacó que, aunque el Eva Perón está en condiciones para ser entregado, la situación geopolítica y el bloqueo impuesto por Estados Unidos a Venezuela impiden la transferencia.

En 2019, Nicolás Maduro prometió recursos para concluir ambas embarcaciones, pero seis años después no se registraron avances concretos.

Desde el Ministerio de Producción bonaerense, conducido por Augusto Costa, se mostraron cautelosos y reconocieron que buscan una solución viable, aunque sin profundizar detalles debido a las complejidades políticas vinculadas a Venezuela.

Por otra parte, la reconversión del Astillero Río Santiago en una sociedad anónima con mayoría estatal no pudo concretarse y la estructura actual, con cerca de 3.000 empleados, funciona como un organismo burocrático dentro del entramado provincial, con una actividad prácticamente paralizada en los últimos años.

El impacto de esta situación no solo pone en jaque la viabilidad del astillero, sino también el desarrollo industrial naval local, en un contexto donde Argentina no termina de consolidar una política estratégica para la industria marítima.

Redacción de Diario INFOPBA

Reflexión final

Este escenario evidencia la difícil conjunción entre decisiones políticas, limitaciones económicas y tensiones internacionales que complican la gestión pública en proyectos estratégicos. La eventual venta de estos petroleros podría significar no solo una pérdida simbólica sino también un llamado de atención sobre la necesidad de políticas claras y sostenidas que impulsen la industria nacional y eviten el estancamiento estructural que afecta a un sector clave para la soberanía y el empleo en la provincia de Buenos Aires.

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