La Tercera Sección Electoral, considerada el corazón histórico del peronismo bonaerense, se convirtió en el epicentro de una disputa interna que revela un complejo mapa de poder dentro del oficialismo provincial. Con más de 4.6 millones de electores distribuidos en 19 municipios, este distrito definirá 191 bancas de concejales y 18 diputaciones provinciales.
En ese marco, Verónica Magario, vicegobernadora bonaerense, fue designada como cabeza de lista, replicando la estrategia del gobernador Axel Kicillof de ubicar figuras clave en puestos simbólicos para imprimir su sello en la próxima legislatura. Sin embargo, la configuración completa de la lista muestra una convivencia heterogénea entre sectores: solo uno de los primeros siete candidatos responde directamente al kicillofismo.
Los espacios representados incluyen a La Cámpora, con figuras como Facundo Tignanelli y Mayra Mendoza, y el massismo, con Ayelén Rasquetti y Luis Vivona, quienes se alternan en la nómina de aspirantes. La disputa refleja la necesidad de un equilibrio que mantenga la unidad electoral sin otorgar una hegemonía clara al mandatario provincial.
La candidatura de Tignanelli, líder camporista y actual jefe del bloque oficialista, enfrenta cuestionamientos legales por su postulación a un tercer mandato, en medio de interpretaciones sobre la ley que limita las reelecciones consecutivas. Un dictamen jurídico encargado por el PJ y un amparo judicial avalado por la justicia local respaldan su candidatura, aunque la tensión interna persiste.
Este panorama revela que, a pesar de las estrategias electorales, el gobernador Kicillof no emerge como el único vencedor en su bastión peronista más relevante. La alianza entre kicillofismo, La Cámpora y massismo, con sus negociaciones y concesiones, marca la pauta de una interna que proyecta su influencia hacia el 2027.
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Opinión pública
Expertos consultados señalan que esta dinámica interna evidencia la dificultad del gobernador para consolidar un liderazgo absoluto dentro del peronismo, lo que podría impactar en la cohesión del oficialismo a mediano plazo. El equilibrio de fuerzas obliga a un juego político más estratégico y pactista que difícilmente deje vencedores claros en esta etapa electoral.
Redacción de Diario INFOPBA