Desocupación en la provincia: el Gran Buenos Aires vuelve a liderar el ranking del desempleo pese a la baja nacional

El mercado laboral argentino mostró durante el tercer trimestre del año una mejora moderada en los indicadores generales, aunque con fuertes contrastes regionales que vuelven a poner a la provincia de Buenos Aires en el centro del análisis. Según el último informe de Mercado de Trabajo elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la tasa de desocupación a nivel país se ubicó en el 6,6%, lo que representa una caída de un punto porcentual respecto del segundo trimestre y una suba interanual de apenas 0,3 puntos.

El relevamiento, que abarca a los 31 principales conglomerados urbanos de la Argentina y representa a una población estimada de 30 millones de personas, permite observar una foto más precisa de la situación laboral en cada región. En ese marco, el Gran Buenos Aires volvió a figurar entre las zonas con mayor nivel de desempleo, con una tasa del 6,8%, por encima del promedio nacional.

La región Pampeana encabezó el ranking con un 7,5% de desocupación, mientras que la Patagonia se consolidó como el área con menor desempleo del país, con un registro del 5%. Estos datos reflejan una recuperación desigual del empleo, con realidades muy distintas según el territorio.

Dentro de la provincia de Buenos Aires, los números muestran un escenario heterogéneo. El aglomerado Gran La Plata registró una tasa de desocupación del 8,1%, una de las más altas del país. Le siguieron Bahía Blanca-Cerri con el 7,4% y Mar del Plata con el 6,8%. En contraposición, el aglomerado San Nicolás-Villa Constitución presentó un nivel de desempleo sensiblemente menor, con un 5,4%, ubicándose por debajo del promedio nacional.

En cuanto a la tasa de actividad, que mide la población económicamente activa sobre el total de habitantes, el informe señaló que se ubicó en el 45,4%. Este indicador muestra cuántas personas están en condiciones de trabajar y efectivamente participan del mercado laboral, ya sea con empleo o buscando activamente uno.

La tasa de empleo, que refleja la proporción de personas ocupadas sobre la población total, también alcanzó el 45,4% durante el tercer trimestre de 2025. Sin embargo, al desagregar ese dato aparecen señales que generan preocupación. Del total de personas ocupadas, el 71,9% son asalariadas, mientras que el 28,1% corresponde a trabajadores no asalariados, en su mayoría cuentapropistas.

El propio informe del INDEC advierte que el crecimiento del empleo se dio en un contexto de caída relativa del trabajo asalariado y un aumento del empleo por cuenta propia. En términos concretos, la proporción de cuentapropistas pasó del 23,3% al 24,5% de los ocupados, un fenómeno que suele estar asociado a estrategias de subsistencia ante la falta de empleo formal.

En paralelo, la tasa de informalidad laboral mostró un leve incremento, al pasar del 42,6% al 43,3%. Esto implica que más de cuatro de cada diez trabajadores se desempeñan sin aportes jubilatorios ni cobertura social plena, una realidad que impacta de lleno en la calidad del empleo y en las perspectivas de mediano y largo plazo.

De acuerdo con las estimaciones oficiales, durante el período julio-septiembre de 2025 alrededor de un millón de personas en todo el país se encontraban desocupadas: no tenían empleo, buscaban trabajo activamente y estaban disponibles para comenzar a trabajar. Detrás de ese número se esconden historias concretas y una presión persistente sobre los grandes centros urbanos, en especial en el conurbano bonaerense.

Desde INFOPBA se advierte que, si bien la baja de la desocupación es un dato positivo en términos estadísticos, la composición del empleo y la elevada informalidad plantean desafíos estructurales que exceden la coyuntura. El Gran Buenos Aires, una vez más, aparece como el termómetro social más sensible del país.

En ese contexto, los datos del INDEC confirman que la recuperación del mercado laboral avanza, pero lo hace de manera fragmentada y con una creciente precarización, especialmente en los distritos más poblados de la provincia de Buenos Aires.

Opinión pública

La baja de la desocupación al 6,6% puede leerse como una señal alentadora, pero resulta incompleta si no se analiza la calidad del empleo que se genera. El avance del cuentapropismo y de la informalidad sugiere que buena parte de la mejora se sostiene sobre trabajos inestables y de baja protección. En el Gran Buenos Aires, donde el impacto social de cada décima se multiplica, el desafío no pasa solo por crear empleo, sino por garantizar que ese empleo sea formal, sostenido y con perspectivas reales de crecimiento.

Redacción del Diario INFOPBA